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martes, 16 de noviembre de 2010

Libre por un instante

Iba de estreno, llevaba las nuevas devora kilómetros y tocaba correr por sensaciones olvidándome del reloj. Tras dejar atrás la carretera, me adentré en un sombrio bosque que apenas dejaba pasar un rayo de sol. Tras quince minutos de rodaje suave, el sudor comenzó a manifestarse y las buenas sensaciones comenzaron a acudir a mis piernas. Y entonces comenzó a suceder: me sentía libre, fuera de este mundo, era como si el tiempo se hubise detenido por un instante y me hubiese convertido en atemporal. Seguí avanzando con paso firme, sin fijarme en el ritmo, contemplando lo que la naturaleza me ofrecía y que casi siempre pasaba por alto. Posé mi mirada en cada árbol, en cada planta, en cada pájaro que se cruzaba en mi camino. Por un instante me sentí formar parte de este mundo y mi vida anterior dejó de existir. Quise continuar impulsado por un fuerte deseo por descubrir que sería lo próximo en acontecer… y no tardó en llegar. Al principio se oía como un ligero murmullo, pero a medida que me acercaba ese sonido se fue convirtiendo en música, música creada por un riachuelo que intentaba sobrevivir entre los meandros que había creado. Decidí parar y comtemplar todo cuanto me rodeaba, mientras hacía estiramientos. El agua cristalina me rodeaba, discurriendo con prisa en busca de la desembocadura. En el ambiente se palpaba vida, un olor a tierra invadió todo mi ser. No se cuanto tiempo estuve allí, quizás minutos o tal vez horas, perdí la noción del día y de la noche. Finalmente me decidí a regresar. Volví  a la carretera, retome mi vida, mis miedos y  los problemas reales, pero con una sola cosa en la mente:
                        ¡Mañana, cuando salga del trabajo regresaré de nuevo!

1 comentario:

  1. Perdón por algunas faltas de ortografía y por otros errores gramaticales que se puedan ver en el texto, no soy escritor:
    Contemplar (antes de "t" va "n")
    Gracias por leerlo

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